Por mucho que
nos preservemos
de los agentes
externos influyentes…
siempre quedaremos
desprotegidos ante
algún acontecimiento
que nos empape
el vital preciado
vestido impermeable
de nuestra endeble
mente y corazón.
No somos únicos
e imperturbables
a cualquier suceso…
somos esa multitud
que nos multiplica
y que tarde o temprano
nos hace sucumbir
al amor… del amor
cayendo y cediendo
ante el agua que nos
cala la conciencia
por la vulnerabilidad
natural del humano.
Somos corteza
de la corteza
de la fragilidad
que se rompe
en un día de
inclemencia…
Formamos parte
de la parte de esa parte
que bien nos conoce
y que por su conocimiento
nos hunde en misterios
para después levantarnos
ante el diluvio del amor
que reduplica nuestras
escasas posibilidades.
No… no estamos
solos ni vacíos
aunque aparentemos
ser y estar llenos
de la más absoluta soledad…
y es por ello…
por esa misma causa
que siempre estaremos
acompañados de
nosotros mismos…
reforzados y
multiplicados a conciencia.