
Me quedé colgado del viento
de las luces de la noche,
de las palabras de un cuento
y de los silencios del reproche…
Me quedé suspendido del dolor
de las voces calladas que trae el amor,
de las frases hechas y de las dichas
y del profundo suspiro de la flor…
Me quedé guindado del almendro
de la suave y colorida primavera,
de las fragancias y de las olores
y de la vida del ser que nada espera…
Me quedé pendiente de un hilo
de un recoser y coser,
del hilvanar de la costurera
y de su manera de ser…
Me quedé enganchado de su rictus
de sus formas de proceder,
de su canto… si hubo canto
y de sus firmes maneras de ver…
Que me quedé…
me quedé colgado
de la luna… pardiez.